Hablando de Rachas

El concepto “racha” es un arma de doble filo en el deporte. Cuando atravesamos una buena racha, todo parece salir bien, los esfuerzos se ven recompensados, los resultados llegan, los deportistas disfrutan, etc. Por el contrario, cuando la racha es mala, se obtienen malos resultados, los esfuerzos realizados no parecen dar buenos frutos, aparentemente sale mal todo lo que puede salir mal, etc.

Los sucesos positivos que ocurren al atravesar una buena racha, provocan que se refuerce nuestra confianza y con ello nuestras expectativas de éxito. También puede aumentar la presión y autoexigencia por el deseo de mantener el buen momento. Un ejemplo claro y habitual es el “delantero en racha” en el fútbol. Todas las temporadas hay diferentes delanteros que “tienen su año” o que encadenan muy buenas rachas goleadoras, lo cual es muy positivo para el equipo; pero también puede resultar perjudicial si el deportista se obsesiona con mantener la racha o si no interpreta adecuadamente que en un partido determinado no consiga marcar.

nate diaz conor mcgregorOtro de los grandes riesgos de las rachas son los excesos de confianza, cuando un deportista siente que todo sale bien, que no puede fallar, es cuando se cometen los descuidos y errores. Una racha será positiva si sabemos interpretar y atribuir adecuadamente los hechos. Independientemente de que sea una buena o mala racha, cuando nuestra interpretación y atribución se ven alteradas, la racha se vuelve peligrosa. Las malas rachas son muy delicadas y hay que saber llevarlas adecuadamente para no caer en ideas irracionales y falsas creencias. Uno de los mayores riesgos de este tipo de rachas es cuando el deportista la asume como algo exógeno, fuera de su control. Comentarios como “Es una mala racha, ya se pasará”, “Ahora no me toca ganar”, “Ya llegará mi momento…”, etc.; dan a entender que las rachas son algo inevitable e incontrolable. Da la sensación de que el deportista poco o nada puede hacer para cambiar la situación, cuando realmente es el único capacitado para propiciar alguna variación.

A la hora de hablar de rachas en el deporte hay que diferenciar las rachas individuales de las colectivas y, sobre todo, los deportes individuales y los colectivos. Mantener una buena racha es muy complicado independientemente de que el deporte sea individual o de equipo, la diferencia radica en que,  por ejemplo, la racha del tenista depende de sí mismo y de sus rivales, mientras que la racha del equipo de baloncesto depende de todos sus componentes, entrenadores y rivales.

coritibaAlgunas de las mayores rachas colectivas resultan poco menos que increíbles. El equipo de fútbol español que más partidos consecutivos ha ganado es el Real Madrid del curso 2013/14 que entrenaba Carlo Ancelotti con 19 victorias consecutivas; a nivel mundial, el Coritiba Futbol Club de Brasil se mantiene como el equipo de fútbol que más victorias ha conseguido encadenar con 24 en 2011. Cambiando de deporte, al comienzo de esta misma temporada los Golden State Warriors estuvieron a 5 victorias de igualar el récord absoluto de victorias seguidas por un equipo de baloncesto. La mejor marca (33 consecutivas) seguirá llevando, al menos durante un tiempo, la firma de Los Angeles Lakers de Wilt Chamberlain, Pat Riley y Jerry West, entre otros. Siguiendo con el baloncesto universitario, la universidad de UCLA entrenada por el legendario John Wooden consiguió encadenar 88 partidos sin conocer la derrota entre los años 1971 y 1974 (incluyendo los 30 partidos de la temporada 1971/72 y 1972/73).

La última de las rachas colectivas que quiero destacar no puede ser otra que la del equipo de fútbol americano Concord de la Salle de San Francisco de la categoría High School (14-18 años). El mítico equipo entrenado por Bob Ladouceur ganó 151 partidos consecutivos, 13 años sin conocer la derrota, cambiando de jugadores cada temporada debido al paso a la universidad de los más mayores. Difícilmente podrá repetirse algo similar en un deporte colectivo.

«La suerte favorece sólo a la mente preparada.»
Isaac Asimov (1920-1992)