Ideas Irracionales

Las ideas irracionales surgen como consecuencia directa de la interpretación errónea de los sucesos. Al producirse un acontecimiento, analizamos la información y la interpretamos en función de nuestras creencias, valores, vivencias, etc. Estas interpretaciones generan diferentes emociones, que son las que determinan nuestra conducta. De este modo aprendemos de las experiencias: recordamos lo que ocurrió y cómo nos hizo sentir. El autodiálogo es el diálogo que mantenemos con nosotros mismos y es el que nos transmite la interpretación de los acontecimientos. Si el autodiálogo se ajusta a la realidad, no supondrá ningún problema; sin embargo, si el diálogo interno distorsiona la realidad nos provocará sentimientos de desánimo, estrés y/o ansiedad. Nuestro autodiálogo tiene que ver con nuestros valores, creencias, vivencias y personalidad (entre otros).

En el deporte es muy habitual que atletas, entrenadores y seguidores produzcan ideas irracionales a partir de diferentes hechos. Existen varios tipos de distorsiones que se producen tanto en el deporte como en otros ámbitos.

carreraEl Debería/Debo consiste en transformar decisiones, deseos o preferencias en normas rígidas de actuación. Por ejemplo, el base organizador del equipo que anotó 30 puntos en un partido en el que tuvo mucho acierto, generará una creencia irracional si piensa que “debería anotar entre 20 y 30 puntos cada partido”. Dentro del “Debería/Debo” hay variaciones como el Interrogatorio Circular, que consiste en repetirse preguntas irrelevantes o con respuestas conocidas pero no aceptadas como “¿Cómo he fallado estando solo?”. Otra de las variaciones es la utilización del No puedo para describir una necesidad, deseo y/o decisión como el “No puedo más” o “Es imposible que lo consiga”. La distorsión del Todo-Nada consiste en evaluar las cualidades personales o acontecimientos en categorías dicotómicas como Correcto-Incorrecto, Éxito-Fracaso o Bien-Mal.

Entre las distorsiones más habituales encontramos la Sobregeneralización, la cual consiste en extraer una conclusión generalizada y absoluta a partir de un único incidente o evidencia: “Siempre me pasa lo mismo…” o “Nunca sale bien”. Una de las variaciones de la sobregeneralización es utilizar una etiqueta simple, generalmente negativa, para definirse a uno mismo o a otros. A esta distorsión se le llama Etiquetaje y como ejemplos tenemos el “Soy un desastre”, “Eres un insensible”, etc.

La última de las clasificaciones de las distorsiones que quiero destacar es la Magnificación/Minimización, la cual se logra mediante la utilización de exageraciones y/o depreciaciones en la evaluación de sí mismo o de otros. Como variantes de la misma encontramos el Pensamiento Catastrofista, Agrandar los logros de los demás, Desestimar logros personales y Minimizar los errores de otros.

Identificar las ideas irracionales no resulta tan complicado como puede parecer, servirá con marcar ciertas palabras como alarmas y evitarlas. Las alarmas son palabras clave que al oírlas, decirlas o pensarlas, automáticamente debemos ser capaces de identificarlas como erróneas y modificarlas. Estas palabras clave son conceptos como “siempre”, “nunca”, “todo”, “nada”, “es que…”, “y si…”, “debería…”, etc.

«La principal distorsión cognitiva consiste en tomarse todo a la tremenda y anticipar desgracias. Las creencias irracionales son falsas, inútiles y nos hacen sufrir.»
Rafael Santandreu (1969-…)

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